lunes, 5 de septiembre de 2016

El club de mujeres

Las mujeres son el grupo social más potente en todos los campos de refugiados. A menudo no están organizadas y tienen obstáculos culturales y sociales para hacerlo, pero cuando lo consiguen, los lazos de apoyo y solidaridad que se crean resultan vitales para la comunidad.
Con esa idea en mente, al llegar a Lagadikia, preguntamos a las mujeres del campo por actividades que les guataría hacer. Nos pidieron clases de inglés, y se las organizamos. Pero, como no podía ser de otra manera, el grupo de mujeres que venía a clases a ido convirtiéndose en algo más: un grupo extenso de apoyo mutuo que se empieza a extender por todo el campo.
Las mujeres se encuentran a diario para asistir a clases de inglés de prinicipiantes y avanzadas. En verdad las clases suelen ser más que nada una charla sobre cómo van sus vidas, sus problemas, cotilleos...eso le ha ido dando cohesión al grupo.
Dos días a la semana a la clase le sigue un té, preparado por ellas mismas y al que acuden muchas más mujeres. En el té a veces las cosas se desmadran un poco y ponen música, bailan, se quitan el hiyab y hasta la ropa... todas las cosas que no pueden hacer en un campo donde no hay privacidad alguna.
A veces se organizan también sesiones de cine o maquillaje, y el éxito es similar.
La idea es que las mujeres se unan, que tengan un tiempo y un espacio propio, no mixto, en el que verse y hablar y decidir. Por ahora funciona. Siguen dependiendo un poco de la iniciativa de nuestras voluntarias pero cada vez se lanzan más, y se abren más a otras mujeres. 
Claramente es una actividad que vale mucho la pena.

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